En el corazón de la terapia Gestalt se encuentra el ciclo de necesidades, un proceso dinámico que nos ofrece un mapa para comprender cómo nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos. Este ciclo describe las diferentes etapas que atravesamos desde que sentimos una necesidad hasta que la satisfacemos o la dejamos de lado.
Fases del ciclo de necesidades
El ciclo de necesidades, (otros nombres populares son ciclo de contacto-retirada o ciclo de satisfacción de necesidades, entre otros) ha sido trabajado, ajustado, editado por multitud de terapeutas. Para este post vamos a basarnos en el modelo de Joseph Zinker.
Las fases del ciclo son las siguientes:
![Esquema del ciclo de necesidades según Joseph Zinker](https://static.wixstatic.com/media/270208_d8e6bef867014e4fa1e4b483d6e1bffb~mv2.png/v1/fill/w_675,h_464,al_c,q_85,enc_auto/270208_d8e6bef867014e4fa1e4b483d6e1bffb~mv2.png)
Sensación: En esta etapa, somos conscientes de una necesidad o un estímulo interno o externo. Puede ser una sensación física, una emoción, un pensamiento o un deseo.
Toma de conciencia: Nos damos cuenta de la sensación y la identificamos. Prestamos atención a su intensidad, localización y significado.
Energetización: La necesidad se convierte en una fuerza que nos impulsa a actuar. Sentimos una energía que nos guía hacia la satisfacción de la necesidad.
Acción: Ponemos en práctica las acciones necesarias para satisfacer la necesidad. Interactuamos con el entorno para obtener lo que queremos o necesitamos.
Contacto: Conectamos con la satisfacción de nuestra necesidad. Experimentamos el placer y la alegría de haber obtenido lo que deseábamos.
Reposo: Alcanzamos un estado de equilibrio y bienestar. La necesidad se ha satisfecho y podemos descansar hasta que una nueva necesidad emerja.
Los mecanismos de defensa: obstáculos en el ciclo de necesidades
Los mecanismos de defensa nos obstaculizan a la hora de satisfacer nuestra necesidad. Son estrategias inconscientes que utilizamos para protegernos de emociones o situaciones que nos resultan abrumadoras o dolorosas. Si bien pueden ser útiles en algunas ocasiones, cuando se utilizan de forma excesiva o inapropiada pueden interrumpir el ciclo de necesidades y generar neurosis.
Es decir, estos mecanismos en su justa medida pueden ser necesarios como un elemento de equilibrio social o para adaptarse al medio de forma saludable, el problema es cuando los hacemos rígidos y constantes independientemente de las circunstancias.
Y es que cuando éramos niños nos sirvieron para evitar el dolor y el sufrimiento. Por ejemplo: si cada vez que lloro se enfadan conmigo, voy a aprender a dejar de llorar de la manera que sea. Y luego esa conducta aprendida de niños la usamos exactamente igual cuando somos adultos, no tenemos flexibilidad en cuanto a cuándo usarla y cuándo no, se ha exagerado y convertido en parte rígida de nuestro carácter.
Los mecanismos de defensa propuestos por Zinker son los que están en rojo:
![gráfico de los mecanismos de defensa](https://static.wixstatic.com/media/270208_76e87cfa93c346e78597127edb9dbbc6~mv2.png/v1/fill/w_675,h_483,al_c,q_85,enc_auto/270208_76e87cfa93c346e78597127edb9dbbc6~mv2.png)
Represión
Se trata de un mecanismo que desensibiliza el reconocimiento de ciertos afectos y sensaciones porque se han asociado a experiencias de displacer o dolor.
Por ejemplo: he reprimido no solo el llanto, sino el reconocimiento mismo de las sensaciones y sentimientos que me pueden hacer llorar porque en su día me ridiculizaban -o algo peor- por ello. Y así se pueden desensibilizar de las propias emociones.
Introyección
Son normas, ideas, o tradiciones con las que inicialmente nos introducen a la educación y el aprendizaje. El problema es que de niños no digerimos ese mensaje, nos lo tragamos sin masticar y se convierten en mandatos rígidos, que no tienen matices ni flexibilidad contextual.
Ejemplos son: los niños no lloran, piensa mal y acertarás, tu no vales para estudiar, tienes que ser bueno, debes hacer quedar bien a la familia. Estos mandatos harán inflexibilizarán tu carácter ,
Proyección
Lo contrario que la introyección. Si con la introyección se traga, con la proyección se escupe. Es un intento de la persona de librarse de aquellos aspectos internos que no responden a lo que sus introyectos dictan, y así se pone fuera esas partes que no se ajustan a su auto-imagen deseada.
Por ejemplo: rechazas a todas las personas que lloran, y las juzgas como flojos, porque tú mismo no te permites llorar.
Retroflexión
Se trata del mecanismo por el cual el individuo se hace a sí mismo lo que le gustaría hacer a otros pero no se lo permite. Sus efectos son somatizaciones, úlceras o el suicidio como máximo exponente.
Ejemplo: Se meten conmigo y me trago mi rabia, la contengo dentro de mi y no la expreso. O me muerdo el labio muy fuerte para no agredir a alguien a quien me gustaría.
Confluencia
Si la retroflexión es un límite excesivo entre el entorno y el organismo, la confluencia es justamente lo contrario. Me adapto tanto a los demás que me olvido de mi misma. Ya no está claro si yo soy yo por mi misma o soy a través del otro (una persona, un grupo, una ideología...)
Ejemplo: El confluyente no puede despegarse porque si se despega no se encuentra. Siempre voy a hacer cosas o sitios que en realidad no me apetece.
Deflexión
Es un mecanismo por el cual se le resta importancia a la situación para así no avanzar en el contacto que quieres o necesitas. La ironía, el sarcasmo o el distraerse pueden ser formas de deflexión.
Por ejemplo si alguien que te importa se muere y dices "a todos nos llega más tarde o temprano", o te distraes viendo la TV o leyendo el periódico.
La terapia gestalt puede ayudarte a completar el ciclo de necesidades
La terapia gestalt se centra en ayudar a las personas a tomar conciencia de sus necesidades y a completar el ciclo de necesidades de manera saludable. A través de diferentes técnicas, la terapia gestalt nos ayuda a:
Desarrollar la autoconciencia: Prestar atención a nuestras sensaciones, emociones y pensamientos en el aquí y ahora.
Identificar nuestras necesidades: Comprender qué queremos y necesitamos para sentirnos bien.
Expresar nuestras emociones de manera saludable: Aprender a comunicar nuestras emociones de forma asertiva y sin reprimirlas.
Actuar de manera responsable: Tomar decisiones y realizar acciones que nos permitan satisfacer nuestras necesidades de manera constructiva.
¡Muchas gracias por leer! Ponte en contacto con nosotros si quieres pasar de la teoría a la práctica ;)
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