Si tuviera que decir la cosa que más me ha servido en mi proceso personal es el haber tenido un lugar donde no había juicio hacia mí, donde todo yo quepo y soy aceptado. Donde se dijo sí a todo mi ser. Así es como supe que el amor cura.
Ese lugar es la sala de Antonio, mi terapeuta. Qué energía tiene aquella sala, es entrar allí y dejarme ser. Un descanso maravilloso. Eso es una de las cosas más placenteras que yo experimento, el dejarme ser, libre, auténtico y espontáneo. Libre y salvaje me salía decir, pues también.
En esa sala, todo mi ser es bienvenido, ni yo sé lo que va a pasar allí cuando entro, ni lo que voy a decir, ni cómo voy a actuar… si voy a gritar, si voy a llorar, si voy a reir, si voy a ser pesado, si voy a actuar raro, si no voy a decir ni una sola palabra -que también lo he hecho-. Lo que si sé, es que todo lo que nazca de mi va a ser bienvenido y aceptado.
¿Cómo el amor me ha curado a mi?
Esa completa aceptación me ha servido primero para atreverme a ser, para descubrir cómo soy realmente, y segundo para empezar a quererme yo a mí mismo. Importantísimo esto, y es que el amor que a mí más me ha sanado es el mio propio. Cuando yo me acepto como soy, cuando me quiero, ¿qué más me da todo lo demás? Cuando yo me quiero siento una paz completa, siento que tengo todo lo que necesito. Y me ha hecho falta que otra persona me quiera tal y como soy para darme cuenta de que yo también soy digno de quererme tal y cómo soy. El amor cura.
Aprender a amar, expandir el amor que uno siente por si mismo y por los otros. ¡Menudo trabajo! Esto es que quien antes te caía mal, ahora te cae bien, que a quien antes rechazabas ahora aceptas. ¡Ahora me doy cuenta de que el amor acalla la mente también! Totalmente. El amor es pacífico y placentero, el rechazo es ruidoso y pesado.
Hace poco escribía en algún sitio que mi intención es explorar las profundidades de mi ser. Pues bien, al escribir estas líneas he recordado que mi intención también es expandir mi capacidad de amar. De echo creo que esas dos cosas están muy vinculadas ahora que lo pienso. Dios es amor, decía Jesucristo. Y Dios está dentro de todos nosotros.
¿Has tenido alguna experiencia en este sentido? ¿qué te parece todo esto? Te leemos en los comentarios.
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